04 junio 2008

Recordándole que era cuatro.

Nadie entendía cómo podía preferir quedarse allí. Era de los sitios más grises, aburridos y monótonos que jamás se habían conocido. Allí no habían fucsias, ni gominolas de colores, ni sonrisas de esas que iluminan mañanas. No había complicidades ni cabida para las miradas inquietas que no paran de revolotear. Sabía que no había nada comparable a lo que le esperaba allí a fuera y noche a noche, se le repetían las escenas estelares de la que había sido su mejor actuación. No había nada, excepto él y su soledad. Un refugio privilegiado que había construido con esfuerzo día a día y que se negaba a abandonar, ahora que por fin lo había conseguido. Una soledad libre, elegida, que le permitía subir a la superficie cuando más le apeteciera. Sin prisas, marcando el ritmo de sus días y creyéndose indestructible. Solo él era dueño de pasar las hojas de su propio calendario y no dejó que fuera ella quién le diera los buenos días recordándole que hoy era cuatro. No le dejó ni tan si quiera eso, se había prometido dejar de ser la marioneta estrella de la compañía y en su apuesta por el gris, el fondo de aquel baúl de juguetes era su mejor baza.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Mar! ¡Mar! En el blog que tengo hay un apartado de estadísticas y ahora, mirándolo, he visto que un blog que se llamaba nubosidadesvariables me había traído visitas. Total, que he venido a ver y he encontrado links y cosas escritas que parecían mías. Sabina, Iván Ferreiro, ¿Bohemian Beyo?, La acequia... y en el perfil aparece el mismo texto que yo pongo en todos los perfiles. Y bueno, el nombre del blog ya lo dice casi todo. Parecía una broma, vamos.

En la foto no te reconocía y miraba y remiraba. Al final he empezado a pensar a cuántas Mares conocía... y he visto tu email donde sale tu apellido y ya he atado cabos. Además me tenías "agregada" y no me habías dicho nada. Pensaba que mi alter-ego había cobrado vida o algo.

¡Qué fuerte! Esto sí que no me lo esperaba. ¿Cómo has llegado a mi blog? Te había agregado ya sin saber que eras tú, ahora con más motivos.

Un besazo.

Anónimo dijo...

Bueno, menuda alegría me he llevado cuando se me ha encendido la bombilla y he sabido quien eras. Las casualidades me parecían una broma pensando que era alguien tomándome el pelo, un espía de esos que tengo... pero al ver que son coincidencias de verdad me he llevado una grata sorpresa.

He cogido a Sofía Montalvo como alter ego... y por lo menos una vez al mes le escribo una carta.

Aquí las tienes todas: http://es.wordpress.com/tag/cartas-a-sofia-montalvo/

Y tengo también unos cuantos fragmentos de Nubosidad variable. Lo digo porque si te apetece algún día subir uno, no hace falta que lo escribas, puedes coger el que más te guste. Si le das a buscar dentro de mi blog y pones el título del libro, seguramente te salgan varias entradas.

Ay, qué ilusión :)
Nos leemos por aquí, guapa.

Un besazo.

Anónimo dijo...

La verdad es que cualquier momento es buena para encontrarse con Sofía Montalvo. Entiendo que se haya convertido en alguien importante para ti... ya ves que para mí también, que hasta le he dado una vida que no tiene.

No sabes lo que me encanta haberte descubierto por aquí, Mar. Las gracias te las doy yo a ti.

Y pobre de ti que dejes de enrollarte en los comentarios, que a mí me encantan :)

Suerte con esos exámenes, guapura.